Este blog está dedicado a presentar noticias y comunicaciones cortas de interés en los temas ambientales, de ecología y en educación ambiental.
Estas páginas son parte de Educación Ambiental en República Dominicana.
Por qué las setas que comemos son indispensables para conservar el planeta
Es otoño, tiempo de setas. Las buscamos en los bosques y en los mercados. Las consumimos en casa y en los restaurantes. Es bien conocida su importancia socioeconómica, debida a su interés comercial y a su gran valor gastronómico y cultural.
Pero, mientras nos deleitamos con semejantes manjares, apenas somos conscientes del papel que cumplen los hongos en la conservación de la diversidad de los bosques y en su capacidad de adaptarse al cambio climático y mitigar sus impactos.
Los hongos proveen múltiples servicios ecosistémicos que resultan determinantes para la vida del planeta y el bienestar de la humanidad.
La Wood Wide Web: la internet del bosque
La seta es al hongo lo que el fruto al árbol. Supone tan solo una pequeña (aunque importantísima) parte, que le permite diseminarse mediante la dispersión de las esporas almacenadas bajo el sombrero de la seta. Pero la mayor parte de esos mismos hongos cuyos “frutos” consumimos está oculta bajo el suelo que pisan nuestros pies mientras caminamos por el bosque.
Boletos, oronjas, níscalos y muchas otras especies de setas comestibles viven en simbiosis con los árboles a través de ectomicorrizas. La etimología griega del término micorriza alude a la unión entre mýkēs (hongo) y rhiza (raíz), la íntima conexión que muchas especies de hongos establecen con las raíces de los árboles.
Los hongos y el cambio climático
Los hongos ectomicorrícicos recubren las raíces incrementando la capacidad de absorción de agua y nutrientes por parte de los árboles. Contribuyen así de manera decisiva a la vitalidad y desarrollo de los bosques.
En un contexto de cambio climático, sin la ayuda de los hongos, los árboles tendrían aún más dificultades para sobrevivir en unas condiciones cada vez más áridas. Los hongos pueden desempeñar un papel clave en la adaptación de los bosques al cambio global.
A su vez, los hongos micorrícicos reciben de los árboles los nutrientes que necesitan para prosperar. Ese alimento son carbohidratos que los árboles almacenan mediante la absorción de CO₂ (gas de efecto invernadero) a través de la fotosíntesis.
Su substitución por otros tipos de simbiosis menos eficientes a la hora de almacenar carbono podría incrementar el CO₂ atmosférico, exacerbando así el círculo vicioso del cambio climático.
Los hongos y la biodiversidad
Los hongos juegan, además, un papel clave en la biodiversidad de los bosques del planeta. Estudios recientes sugieren que las ectomicorrizas protegen a los árboles frente a hongos patógenos mejor que otros tipos de micorrizas.
Donde predominan los hongos ectomicorrícicos, los árboles tienden a crecer en grupos densos de una misma especie. En cambio, donde predominan otras micorrizas, la diversidad de especies suele ser mayor. No en vano, los hongos patógenos comestibles como la Armillaria mellea son claves en los procesos de mortalidad y regeneración del bosque y, por ende, en su diversidad.
También los hongos saprobios comestibles como la Macrolepiota procera, que se nutren de materia orgánica muerta, juegan un papel fundamental en el ciclo de nutrientes y en el funcionamiento del ecosistema.
Todo ello contribuye a cambiar la manera en que concebimos los bosques. Ecosistemas cuyo complejo funcionamiento no solo resulta de la competición por la supervivencia, sino también de una suerte de cooperación entre individuos, especies y organismos diferentes en aras del mantenimiento de la vitalidad del ecosistema en el que viven.
Gestión forestal para conservar los hongos
¿Qué podemos hacer para preservar un recurso tan valioso? Ese es el objetivo que nos planteamos desde el ámbito de la micosilvicultura, una disciplina de la ciencia forestal que aboga por una gestión forestal multifuncional orientada a la producción de setas y a la conservación de la diversidad micológica y de sus funciones ecológicas.
Mediante la investigación forestal contribuimos a comprender mejor el funcionamiento de los bosques, también de esa parte que no vemos bajo el suelo.
Níscalo (Lactarius deliciosus) pintado sobre varios árboles cerca del dispositivo experimental de la UdL y el CTFC en el bosque de Poblet (Tarragona). Imagen del autor.
Hemos comprobado que los bosques bien gestionados pueden producir más hongos comestibles sin comprometer su diversidad. Es también necesario regular su recolección para concienciar a la sociedad sobre la importancia socioeconómica y ecológica de los hongos, y preservar su diversidad y productividad.
Las setas no solo constituyen un importante pilar de nuestras economías y tradiciones gastronómicas. De ellas también depende, en buena medida, la vida del planeta tal y como la conocemos. Al fin y al cabo, nuestra vida. Por eso, valorar y conservar el recurso micológico es uno de los grandes favores que podemos hacernos como sociedad.
Por Elizabeth Gamillo , Smithsonian Magazine. Especie de libélula ("purple skimmer" o Libellula jesseana ) catalogada como vulnerable en la lista roja de la UICN. Su rango geográfico es en Florida. Diana-Terry Hibbitts bajo licencia CC BY NC 4.0 Casi una quinta parte de las especies del orden Odonata , que incluyen las libélulas y caballitos del diablo (o damiselas), del mundo están en peligro de extinción, según una nueva y alarmante evaluación de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ( UICN ). Los insectos dependen de humedales (pantanos, ciénagas, marismas) y ríos de flujo libre para reproducirse y sobrevivir. Del mismo modo, las libélulas y caballitos del diablo son cruciales para los ecosistemas de humedales porque comen mosquitos tanto en su etapa de ninfa como de adultos y sirven como presas para aves y peces. Pero la destrucción de estos hábitats está impulsando la disminución de la población de estos
Por Frédérik Saltré y Corey J. A. Bradshaw . Noviembre 2019 Humanos están causando, probablemente, lo que las edades de hielo y los asteroides causaron antes. Imagen: Keith Roper/Flickr , CC BY-SA Durante más de 3,500 millones de años, organismos vivientes han prosperado, se han multiplicado y diversificado para ocupar todos los ecosistemas de la Tierra. La otra cara de esta explosión de nuevas especies es que las extinciones de especies también han sido siempre parte del ciclo de vida evolutivo. Pero estos dos procesos no siempre están en sintonía . Cuando la pérdida de especies supera rápidamente la formación de nuevas especies, este equilibrio puede inclinarse lo suficiente como para provocar lo que se conoce como eventos de “extinción masiva”. Una extinción masiva se define generalmente como la pérdida de aproximadamente tres cuartas partes de todas las especies que existen en toda la Tierra durante un período de tiempo geológico “corto”. Dada la gran cantidad de tiempo desde
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington analizó el impacto de las prácticas agrícolas regenerativas en el contenido nutricional de los alimentos que se cultivan. La agricultura regenerativa implica prácticas agrícolas que no solo "no dañan" la tierra, sino que la mejoran al regenerar y revitalizar el suelo. Las prácticas se centran en la regeneración de la capa superior del suelo, el aumento de la biodiversidad, la mejora del ciclo del agua y la mejora de los servicios ecosistémicos. Algunos ejemplos son las técnicas de mejoramiento del suelo minimizando el arado (labranza mínima), el uso de cultivos de cobertura y la plantación de cultivos diversos en lugar de monocultivos. El estudio incluyó 10 plantaciones en los EE. UU. que siguieron prácticas amigables con el suelo durante al menos cinco años. Los resultados fueron que los cultivos de esas fincas tenían un perfil nutricional más saludable que los mismos cultivos cultivados en fincas