Los incendios forestales en California anuncian la llegada de una época de incendios planetarios

Por Stephen Pyne, profesor emérito, School of Life Sciences, Arizona State University

Otro otoño, más incendios, más refugiados y casas incineradas.  Para California, las llamaradas se han convertido en los colores del otoño.

El viento revoltea las asquas de un árbol quemado por un incendio forestal en Riverside, Calif. Oct. 31, 2019. AP Photo/Ringo H.W. Chiu

Un incendio descontrolado crea caos en el ambiente gracias a la tormenta de ascuas que se distribuyen por todas partes.  Pero en manos de los humanos, la combustión es también la causa más profunda. Las sociedades modernas están quemando un paisaje lítico (una antigua biomasa viviente ahora fosilizada y convertida en carbón, gas y petróleo) lo cual está agravando la quema de los paisajes vivientes actuales.

La influencia no viene solamente a través de cambio climático, aunque ése es claramente un factor.  La transición a una civilización de combustibles fósiles también afecta cómo los habitantes, en las sociedades industriales, viven sobre la tierra y qué prácticas desarrollan para utilizar el fuego.

Aún sin cambio climático, existiría un problema sobre incendios muy serio.  Algunas agencias en los Estados Unidos reformaron sus políticas para reestablecer un “buen fuego” unos 40-50 años atrás,  pero aparte de algunas localidades, esas políticas no se han aplicado extensamente.

Lo que antes eran paisajes líticos han sido exhumados y ya no están debajo de los paisajes vivientes.  De hecho, una vez suelto, el paisaje lítico sobretoma el viviente y dos formas de quemas interactúan en formas que a veces compiten y a veces se ayudan.  Como cuando líneas eléctricas han iniciado incendios por chispas, los dos fuegos se intersectan con consecuencias letales.


El incendio como marco de referencia

Como un historiador de incendios, se que un sólo factor no es la única causa del mismo. Las llamas cambian sus alrededores.  El fuego es un vehículo sin conductor corriendo cuesta abajo arrasando todo lo que esté a su paso.  A veces encuentra un curva muy cerrada llamada cambio climático. A veces es una intersección peligrosa. A veces es un peligro en el camino dejado por accidentes anteriores, como corta y quema de bosques, pastizales de especies invasivas y otras áreas anteriormente quemadas.

El cambio climático crea un aumento en la acción, y es entendible que toma la mayor atención pues es de escala global y su alcance es mayor que incendios locales, océanos, extinción de especies y otros efectos.  Pero el cambio climático no es suficiente, por si mismo, para explicar la proliferación de mega incendios.  El clima integra muchos factores, al igual que el fuego.  Su interacción hace que sea difícil saber qué causa qué.

Considere el fuego, en todas sus formas, como una narrativa informativa. La inflexión crítica en tiempos modernos ocurrió cuando lo humanos comenzaron a quemar biomasa fosilizada en lugar de viviente.  Esto arrancó una transición pírica semejante a la transición demográfica que acompañó la industrialización, como las poblaciones humanas se expandieron.  Algo similar pasa con la población de incendios, al haber nuevas fuentes de ignición y combustibles además de las ya existentes.

En los Estados Unidos, la transición generó una ola de mega incendios junto al desarrollo de asentamientos – algunos incendios hasta un orden de magnitud más grandes y más letales que los de décadas anteriores.  La deforestación, extracción de productos maderables y corte de bosques para asentamientos humanos alimentó la ocurrencia común de incendios, lo que explotó al final de siglo 19 y principios del siglo 20, las últimas décadas de la Pequeña Edad de Hielo.


El gran indencio de 1910, el cual mató 78 bomberos en Idaho (foto) y Montana, inició una política, por más de medio sigo, de manejo de bosques enfocada en la represión de incendios.  Bibioteca del Congreso/Wikipedia

Fue un período de chaos debido a incendios que inspiró la conservación patrocinada por el estado de los Estados Unidos y la determinación de eliminar las llamas abiertas.  Iniciado por forestales, la creencia se distribuyó que los incendios en la naturaleza pueden ser contenidos.

Eventualmente,  la sustitución tecnológica (por ejemplo reemplazo de velas por bombillas) y la supresión activa redujeron la presencia de llamas. La cantidad de incendios bajo a tal punto que los incendios naturales ya no realizaban una función ecológica. Mientras tanto, la sociedad se reorganizó alrededor de los combustibles fósiles, adaptándose a la combustión del paisaje lítico e ignorando el fuego latente en el paisaje viviente.

Ahora las fuentes sobrepasan las reservas: Demasiada biomasa fósil es quemada para que pueda ser absorbida dentro de los límites ecológicos.  Combustibles en el paisaje viviente se acumula.  El clima está desbalanceado.  Cuando las llamas retornan, como debe ser, vienen como fuegos descontrolados.

Bienvenido al Piroceno

Viendo desde un punto de vista más amplio, podemos visualizar la Tierra entrando a una edad de fuego comparable con las edades de hielo del Pleistoceno, completo con el equivalente incendiario de capas de hielo, lagos pluviales, llanuras de aluvión peri glaciales, extinciones masivas, y cambios en nivel del mar.  Es una época en la que el fuego es tanto la causa primaria de movimiento y la expresión principal.

Aún la historia del clima se ha convertido en un segmento de la historia del fuego.  El control del fuego de la humanidad ha creado el Antropoceno, lo que es el resultado, no sólo de los humanos alterar sinó de un tipo de alteración resultado del monopolio de la humanidad sobre el fuego.

La interacción de los dos tipos de fuegos no ha sido estudiado mucho.  Es difícil estudiar las práticas humanas de fuegos en la ecología tradicional.  Pero el fuego industrial, a diferencia de los incendios naturales, es un producto exclusivamente humano y por eso se ha quedado fuera de la ciencia ecológica.

En los países desarrollados, la combustión industrial dispone la agricultura, las construcciones, los ambientes suburbanos y las reservas de vida silvestre.  Sociedades hasta contrarrestan los incendios con la contrafuerza de fuego industriales en la forma de bombas, maquinarias, aviones y vehículos. La interacción de los dos tipos de fuegos determina no sólo qué se quema, pero también qué necesita ser quemado y qué no.

Adicione todos los efectos, directos e indirectos – las áreas quemándose, las áreas que necesitan ser quemadas, el impacto sobre cuencas dañadas y la atmósfera contaminada, la alteración de la biota, el efecto penetrante del cambio climático, aumento del nivel del mar, extinción de especies, alteración de los hábitats y la vida humana – y ahora tiene una “piro-geografía” que luce como una edad del hielo pero para el fuego.  Estamos ahora en una época “Pirocena”.  Los perfiles de esta época están siendo visibles en el humo.

Si lo duda, pregúntele a California.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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