Deforestación precedió a los incendios en la Amazonía en 2019

Plantación de soya al lado de una selva de piedemonte en Brasil. Imagen de Rhett A. Butler/Mongabay.

  • El Proyecto Monitoreo de la Amazonia Andina, órgano que monitorea los incendios, encontró que entre el 2017 y el 2019 se deforestaron 4500 kilómetros cuadrados de la Amazonia brasileña que posteriormente ardieron.
  • El análisis del equipo reveló que el 65 % de esa deforestación tuvo lugar en el 2019.
  • La investigación destaca la necesidad de que los legisladores aborden no solo los incendios sino también la deforestación.

En la segunda mitad de 2019, la narrativa predominante sobre la Amazonia brasileña era que la mayor selva tropical del mundo se estaba quemando. Según el trabajo realizado por el Proyecto Monitoreo de la Amazonia Andina (MAAP, por sus siglas en inglés) de la organización Conservación Amazónica, una evaluación más exacta hubiera indicado que lo que se estaba quemando eran inmensas áreas que antes fueron selva.

En un estudio publicado el 13 de noviembre, el grupo que monitorea la deforestación encontró que 4500 kilómetros cuadrados de la Amazonia brasileña —aproximadamente 1,8 veces el tamaño de Luxemburgo— se deforestaron entre el 2017 y el 2019 y luego ardieron.

La deforestación de 1760 hectáreas en el estado de Mato Grosso en el 2019 (de mayo a julio), seguido de incendios en agosto. Imágenes cortesía de MAAP/Planet.
“La clave principal de la temporada de incendios seguía siendo la deforestación”, dijo Matt Finer, especialista de investigación del MAAP, en una entrevista.

Y esto lo confirmaron en septiembre, cuando los científicos del MAAP revelaron por primera vez que la mayoría de los incendios en la Amazonia que acapararon la atención del mundo en agosto de 2019 estaban teniendo lugar en tierras deforestadas hacía poco, no en áreas forestales existentes.

“No estamos viendo demasiados ejemplos de incendios que aparecen de la nada”, dijo Finer. “Todos los ejemplos que vemos son de incendios en áreas deforestadas recientemente. Luego se escaparon a los bosques de los alrededores, pero nunca se transformaron en un inmenso incendio descontrolado”.

Finer y sus colegas compararon los datos obtenidos por satélite de la pérdida forestal de Global Forest Watch y la Universidad de Maryland con los datos de alerta de incendios de la NASA. También miraron a los datos sobre incendios del Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE, por sus siglas en portugués) para determinar cuánta deforestación tuvo lugar en el 2019. Conocidos como alertas DETER, estos puntos identifican incendios en la selva hasta una resolución de 30 metros (98 pies).

Mapa que muestra la deforestación y los incendios en el 2019. Imagen cortesía de MAAP con datos de UMD/GLAD, NASA (MODIS), PRODES y Hansen/UMD/Google/USGS/NASA.
Sorprendentemente, 2980 kilómetros cuadrados de bosque se talaron y quemaron en el 2019, aproximadamente el 65 % de los 4500 kilómetros cuadrados de área deforestada entre el 2017 y el 2019.

Su análisis también mostró que más de 1600 kilómetros cuadrados de bosque primario ardieron en el 2019. Sin embargo, Finer y sus colegas creen que la mayoría de estos incendios fueron provocados para despejar la vegetación para dejar espacio a cultivos o pastizales, ya que parecen propagarse hacia afuera desde terrenos deforestados adyacentes.

El ecologista de la universidad de Maryland, Matt Hansen, dijo al Washington Post en octubre que los recientes incendios en la Amazonia están lejos de las regiones donde los cultivos como la soya son la causa principal de la deforestación. Dijo que sospecha que es muy probable que los ganaderos estén usando los incendios para expandir sus tierras de pastoreo.

“Si eres un gran productor de soya, hay tanta intensificación alrededor de las granjas agro-industriales más grandes que no quieres incendios cerca”, dijo Hansen al Post.

La deforestación de 650 hectáreas (1600 acres) en el estado de Rondônia en el 2019 (de abril a julio), seguida de un incendio en agosto. Imágenes cortesía del MAAP/Planet.
Los incendios en los bosques más secos de América del Sur llevan una marca diferente comparados con aquellos en la selva tropical. (El actual análisis del MAAP se centra en los estados amazónicos de Amazonas, Rondônia y Pará). En octubre, el MAAP demostró que los incendios en las regiones más secas de Chiquitanía y Chaco de Bolivia estaban asolando grandes franjas de ecosistemas naturales.

Sin embargo, eso no quiere decir que los incendios en la selva tropical de la Amazonia nunca se vayan a descontrolar.  Finer dijo que en una sequía grave “de repente, esos incendios sin control se van a parecer más y más a los que vimos en los bosques secos en Bolivia».

“Si es un año más seco, podrían llegar a encender la Amazonia”, añadió.
Tierras deforestadas recientemente en el Amazonas. Imagen de Rhett A. Butler/Mongabay

Un estudio reciente encontró que el cambio climático y la quema de vegetación han causado que la atmósfera sobre la Amazonia se vuelva significativamente más seca en las últimas décadas, lo que incrementa el riesgo de incendios.

El equipo de investigación de Finer señala la necesidad de que los legisladores aborden la deforestación además de los incendios.   “Necesitamos reconocer que muchos de los incendios son, en efecto, un indicador retrospectivo de la deforestación previa, por tanto, para reducir los incendios necesitamos minimizar la deforestación”, escribieron.  Con el aumento en el riesgo de incendios, Finer puso el foco en la necesidad de centrarse en la deforestación con la misma intensidad que en los incendios en el 2019.

“¿Cómo podemos generar esa sensación global de urgencia que vimos, en vez de ponernos histéricos cada agosto?” dijo.

Referencias:

Finer, M. & Mamani, N. (2019). Satellites Reveal what Fueled Brazilian Amazon Fires. MAAP: 113.

John Cannon es un redactor de Mongabay. Lo pueden encontrar en Twitter: @johnccannon

Fuente de artículo:  Mongabay LATAM, 7 febrero 2020 |  Traducido por Yolanda Álvarez

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